sábado, 12 de mayo de 2012

I PROMISE YOU


UNA Y MIL MENTADAS DE MADRE


En una alarma de lento incendio
Arranco los brazos de este cadáver desconocido
Para entender esta agonía, por tu día
Sin tapar los huecos de mi pisada
En el calendario de tu vientre.

Hombre tuve que ser al fin a y al cabo
Como última oportunidad de distante belleza
Te desfiguré con la sombra de mi venida
Me diste luz con tu mirada
Pasó el tiempo y sin andador me enseñaste a caminar
La advertencia fue simple como la regla
Sincronizar que una loca carrera ríe y llora
Pero una exacta dimensión de familia
Es bajar de peso sin calle de ropa suelta

Hoy estoy aquí de pie con una cabeza explosiva
Jurando escribir mi muerte inocente por ti
Mordiendo las venas con el esparadrapo de tus consejos
Con una garganta que arde desde el alma
En que amarte madre es beber con alegría
Lo que hemos construido desde una sonrisa y una palmada
Permitiéndome crecer en mis sueños
Como también enfriando mis manos cuando nos pirateamos

Con este corazón de fuego, delicado por ser yo
Como también de acero friolento al no ser yo
Te agradezco por prestarme tus sandalias en la madrugada descalza
Por no juzgarme por las noches que te robo
Por el desgaste de tus manos, de tus ojos, de tu mente
Cuando me ves postrado en una cama, en un momento.

De enseñarme en rigor fuerte, en el terremoto de mis heridas
Que el camino también se incorpora al momento de llorar
Con un carajo que se enarbola siempre
El viaje no es metáfora de transito
Sino que tiene plazos de agonía
Que castiga el camino de uno
Para ser bendito ante los cambios, aunque sean malditos
Siempre hay poesía gritando de tus manos
Con perros y caballos
La casa, con flores o sin ella
Lleva por nombre, Familia.

Perdóname por mis volcánicas actitudes
Las incendiadas palabras que al fin y al cabo son algunos pájaros
Otro sigue volando sobre cielo contaminado

Ahora tengo poco pulmón para seguir escribiendo
Me siento un llanto con sangrienta niebla
Arrojándome en este día a la epitafia emergencia
De morir en tus brazos y resucitar tras rebeldes sismos
Sin coágulos de sangre
En abrir este poco de pulmón que queda
Con aire sin veneno
En deseando que el sol de mis días
Sean los galopantes en el canto de tus mañanas

Te digo gracias con verdad de acero
Te regalo por los días en que no esté, por ejemplo hoy
En mi deseo ah tejido para ti un suéter de felicidad
A tu medida ancha
Sin ningún pan más ni menos…