jueves, 17 de mayo de 2012

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de …los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos. Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
 Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.

sábado, 12 de mayo de 2012

I PROMISE YOU


UNA Y MIL MENTADAS DE MADRE


En una alarma de lento incendio
Arranco los brazos de este cadáver desconocido
Para entender esta agonía, por tu día
Sin tapar los huecos de mi pisada
En el calendario de tu vientre.

Hombre tuve que ser al fin a y al cabo
Como última oportunidad de distante belleza
Te desfiguré con la sombra de mi venida
Me diste luz con tu mirada
Pasó el tiempo y sin andador me enseñaste a caminar
La advertencia fue simple como la regla
Sincronizar que una loca carrera ríe y llora
Pero una exacta dimensión de familia
Es bajar de peso sin calle de ropa suelta

Hoy estoy aquí de pie con una cabeza explosiva
Jurando escribir mi muerte inocente por ti
Mordiendo las venas con el esparadrapo de tus consejos
Con una garganta que arde desde el alma
En que amarte madre es beber con alegría
Lo que hemos construido desde una sonrisa y una palmada
Permitiéndome crecer en mis sueños
Como también enfriando mis manos cuando nos pirateamos

Con este corazón de fuego, delicado por ser yo
Como también de acero friolento al no ser yo
Te agradezco por prestarme tus sandalias en la madrugada descalza
Por no juzgarme por las noches que te robo
Por el desgaste de tus manos, de tus ojos, de tu mente
Cuando me ves postrado en una cama, en un momento.

De enseñarme en rigor fuerte, en el terremoto de mis heridas
Que el camino también se incorpora al momento de llorar
Con un carajo que se enarbola siempre
El viaje no es metáfora de transito
Sino que tiene plazos de agonía
Que castiga el camino de uno
Para ser bendito ante los cambios, aunque sean malditos
Siempre hay poesía gritando de tus manos
Con perros y caballos
La casa, con flores o sin ella
Lleva por nombre, Familia.

Perdóname por mis volcánicas actitudes
Las incendiadas palabras que al fin y al cabo son algunos pájaros
Otro sigue volando sobre cielo contaminado

Ahora tengo poco pulmón para seguir escribiendo
Me siento un llanto con sangrienta niebla
Arrojándome en este día a la epitafia emergencia
De morir en tus brazos y resucitar tras rebeldes sismos
Sin coágulos de sangre
En abrir este poco de pulmón que queda
Con aire sin veneno
En deseando que el sol de mis días
Sean los galopantes en el canto de tus mañanas

Te digo gracias con verdad de acero
Te regalo por los días en que no esté, por ejemplo hoy
En mi deseo ah tejido para ti un suéter de felicidad
A tu medida ancha
Sin ningún pan más ni menos…


sábado, 17 de marzo de 2012

MUSICALIDAD PRECIPITADA

Escucho y me pregunto, ahora que está lloviendo, ¿los animales lo sabrán? ¿ el cielo donde está cuando llueve?, encima de la luna o de la tierra o de los dos o es que uno de los cede o es que los dos ceden a la vez, en darse por estar juntos cuando los une el cielo que desconocen… ¿ que serán de los camarones?, esos bichos barbudos gustosos por la poesía, que solo salen a flote en el mar cuando la luna sale y ésta la llama con aquella musicalidad que los precipita hacia su muerte, que serán digo, porque ahora que esta lloviendo tienen una nueva historia una nueva plenitud de estar a expensas con sus barbas estiradas, revoloteándose y saltando como sapos, como quien pensaría que quieren atrapar cada gota montada sobre otra, tal cual se precipitan al compas del tenor de la gravedad….
Pero aquella musicalidad se torna distinta cuando uno piensa que habrán hermanos de nosotros en que aquel plato se llenará de gotas y rebalsaran con lagrimas , son muchos miles y miles muchos que merecen mana antes que agua, o no lo sé, que Dios justifique ser bueno permitiendo tanta maldad.
Uno se entrega por completo mirando al cielo haciendo que los poros sean chapitas donde reposen las gotas, chapitas de tantas aristas como hay que ver las cosas, tal como son y que se piensan acerca de ellas…
 Es una hora azul prematura, una niña feliz que acurruca los labios humedeciendo con el recuerdo de sus labios, una hora azul que cuenta con sus propios lobos, una realidad no inventada sino descubierta, una novela de huellas con velas bellas que me invocan a preguntarme ¿porque las hojas del papel se amarillan cuando están bajo la luz del sol y cuando están bajo lluvia se humedecen? ¿Es que el sol no sabe donde descansa la noche? O ¿es que la luna no le dio el beso de buenos días al sol? Que se levanta enfurecido con sus pelos de punta sin remediar gota alguna, lo quiebra, lo exprime y lo seca implorando  al supuesto cielo de la luna que lo lance al mar con el tejido que teje y desteje todas la noches, cuando el sol da su ultimo fogonazo tras haber recibido una gran racimo de uvas que se forman para despedirlo … y en ese crepúsculo y en el silencio de las ultimas gotas que caen, creo que el crepúsculo ama apasionadamente al mar porque desea siempre brillar en el ruido y bravura del mar donde se acobija bajo la diáfana luz de la musicalidad precipitada, desde entonces para hoy…

jueves, 1 de marzo de 2012

.......

Que puedo hacer Dios mio
Que puedo hacer... ¡ … !
Que hago con tantas ganas
Estas ganas que me dicen No…

Que puedo hacer Dios mio
Si la amo demasiado
Quiero dejar de llorar pero no puedo
Sonrío para no verla llorar

Que puedo hacer Dios mio
Te grito a Ti…que puedo hacer
Sabes que a veces me da ganas
De tirar todo por la borda…

Que puedo hacer Dios mio
Es demasiada bella
A mil años luz, bella
Por Dios, tanto amor…

Que puedo hacer Dios mio
Si abrazo cada cosa de ella
Y me consume más
Cada día más…

Que puedo hacer Dios mio
Sabes que no pretendo hacerle daño
Sabes que siento al dolor
Cuando me hago daño a mi mismo
De no haberla abrazado y dejarla ir …

Perdóname Dios mio
Si te pido que me escuches
Pero este Día
ES DEMASIADO AMOR
FULMINANTE…

En tan solo pensar que está frente a mí
Que puedo ir a buscarla
Decirle que la Amo
Pero como dosifico cada detalle ?
Para compartir con ella…
Cómo…

Por amor de Dios…….

sábado, 21 de enero de 2012

Otra Carta ...

Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.
Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste
—untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme—
apareces distante, intocable, junto a mí.
Me miras como a un niño y se me olvida todo
y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente.
He pensado en la duración de Dios,
en la manteca y el azufre de la locura,
en todo lo que he podido mirar en mis breves días.
Tú eres como la leche del mundo.
Te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo.
¿Qué puedo darte sino el cielo?
Recuerdo que los poetas han llamado a la luna con mil nombres
—medalla, ojos de Dios, globo de plata,
moneda de miel, mujer, gota de aire—
pero la luna está en el cielo y sólo es luna,
inagotable, milagrosa como tú.
Yo quiero llorar a veces furiosamente
porque no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo.
Con la alegría que da hacer un poema,
o con la ternura que en las manos de los abuelos tiembla,
te aproximas a mí y me construyes
en la balanza de tus ojos,
en la fórmula mágica de tus manos.
Un médico me ha dicho que tengo el corazón de gota
-alargado como una gota- y yo lo creo
porque me siento como una gruta
en que perpetuamente cae, se regenera y cae
perpetuamente.

Bendita entre todas las mujeres
tú, que no estorbas,
tú que estás a la mano como el bastón del ciego,
como el carro del paralítico.
Virgen aún para el que te posee,
desconocida siempre para el que te sabe,
¿qué puedo darte sino el infierno?
Desde el oleaje de tu pecho
En que naufraga lentamente mi rostro,
te miro a ti, hacia abajo, hasta la punta de tus pies
en que principia el mundo.
Piel de mujer te has puesto,
Suavidad de mujer y húmedos órganos
en que penetro dulcemente, estatua derretida,
manos derrumbadas con que te toca la fiebre que soy
y el caos que soy te preserva.
Mi muerte flota sobre ambos
y tú me extraes de ella como el agua de un pozo,
agua para la sed de Dios que soy entonces,
agua para el incendio de Dios que alimento.

Cuando la hora vacía sobreviene
sabes pasar tus dedos como un ungüento,
posarlos en los ojos emplumados,
reír con la yema de tus dedos.
¿Qué puedo darte yo sino la tierra?
Sembrado en el estiércol de los días
miro crecer mi amor, como los árboles
a que nadie ha trepado y cuya sombra
seca la hierba, y da fiebre al hombre.

Imperfecta, mortal, hija de hombres,
verdadera,
te ursupo, ya lo sé diariamente,
y tu piedad me usa a todas horas
y me quieres a mí, y yo soy entonces,
como un hijo nuestro largamente deseado.

Quisiera hablar de ti a todas horas
en un congreso de sordos,
enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre.
Quiero darte a nadie
para que vuelvas a mí sin haberte ido.

En los parques, en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo,
donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños,
te deseo, te sueño.
¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!
(Te invito a comer uvas esta tarde
o a tomar café, si llueve,
y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)





JAIME SABINES

A estas horas aquiiiii...... :

Poema en audio: A estas horas, aquí de Jaime Sabines por Jaime Sabines